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Breve síntesis sobre el Fascismo

El fascismo es una ideología y un movimiento político que surgió en la Europa de entreguerras (1918-1939) creado por Mussolini. Surgió de un nacionalismo antiliberal provocado en cierta medida por la revolución cultural de la Europa de finales de siglo XIX y principios del XX, en el sentido en el que fue una revuelta contra la Ilustración, la revolución Francesa, el materialismo, el hedonismo burgués, una especie de vanguardia de la contrarrevolución, de la pérdida de confianza en el progreso ilimitado. Una mezcla de sentimientos de decadencia de la sociedad y de las razas, aunado con la incipiente crisis económica, mezclado con la emergente idea de las naciones como elemento de unión es la base que forja lo que sería este nacionalismo antiliberal europeo del siglo XX.

Por lo tanto arranca asociada a una idea de libertad, y en base a ese principio de soberanía nacional llevan a cabo sus luchas contra las monarquías absolutistas. Digamos que surge asociado a la izquierda política del momento y aparece en Francia asociado al partido de C. Maurras Acción Francesa. El nacionalismo define a la comunidad nacional a través de la igualdad jurídica de sus miembros por lo tanto el nacionalismo desde su origen siempre contara con elementos excluyentes, además difundirá modelos de vidas más sanos moralmente, físicamente y con el objetivo siempre de mejorar la biología de la nación. Pero esto solo será una cara de la moneda ya que la otra será programas de reproducción selectiva, controles biométricos de la población. Hay una consolidación del racismo a nivel científico y popular.

Todo esto catalizado por la guerra y la inmediata posguerra donde el sentimiento de la nación amenazada, sobre todo en los países en donde no se ganó, llegó a empapar a la inmensa mayoría de la población, hicieron que se creara el germen de lo que serán los movimientos fascistas.

En cuanto a sus principios ideológicos se caracterizaba en primer lugar por su ultranacionalismo, no admitía límites, ni hacia arriba i hacia abajo, ni hacia dentro ni hacia fuera, la nación estaba por encima de sectores económicos, políticos, militares o religiosos. En segundo lugar era populista, el pueblo era el elemento sustancial de la nación, se apelaba a su participación activa pero movilizado y encuadrado en una estructura jerárquica en la que sólo la élite tenía capacidad de decisión. Este nacionalismo absoluto y este populismo se concretaban en la utopía de la comunidad nacional armónica y sin fracturas, organizada y jerarquizada, entusiasta y conquistadora. En tercer lugar la ideología era palingenésica, basada en el mito de la revolución y proyectada hacia el futuro, frente a la decadencia la nación debería regenerarse constantemente. Con un culto a lo nuevo, el nuevo hombre, la nueva sociedad, la nueva nación, la nueva raza, un nuevo comienzo que no parecía entroncar con ninguna tradición política anterior, en este sentido el fascismo era un fenómeno totalmente nuevo. Vertebrado sobre un pensamiento mítico-religioso con una concepción del hombre y la sociedad vitalista y anti-humanista, que descansaba en una estatización de la política y en los valores de la violencia, la dominación y la jerarquía de los mejores. Hay que destacar su carácter totalitario, su racismo y antisemitismo implícito y su imperialismo que demuestra como la política exterior fascista no podía sino conducir a la guerra.

Respecto a la simbología, la famosa parafernalia y estilo fascista no eran elementos accesorios, sino que estaban plenamente contenidos en el pensamiento mítico-religioso y en la necesidad de materializar, de visualizar la utópica comunidad nacional armónica y entusiasta. Los nazis adoptaron la esvástica en 1920 pero ya estaba en pleno uso como símbolo entre los movimientos nacionalistas alemanes völkisch, los cuales poseían ciertas veleidades místico-esotéricas. Por este motivo, lo vieron apropiado para adoptarlo como símbolo de la «raza aria». En resumen podríamos definir un tripe objetivo de la ideología fascista: expansión imperialista, movilización interior y creación del hombre nuevo guerrero y dominador que verá su gran oportunidad en la Segunda Guerra Mundial.

Los dos regímenes Fascistas

Italia: al finalizar la Primera Guerra Mundial hay una oleada de agitación obrera y un sentimiento de victoria mutilada que argumentará la idea de nación afectada. Mussolini, antiguo militante socialista, funda en 1919 los Fasci di combattimento y en el 1921 el Partido Nacional Fascista para combatir la revolución socialista y ocupar el poder con la movilización de las masas. El primer gobierno de Mussolini incluía liberales, nacionalistas y católicos y hasta 1925 se mantuvo dentro de los parámetros de una semi-dictadura constitucional. En este sentido debe subrayarse que el fascismo italiano fue el primer régimen totalitario que se construyó, sirviendo de inspiración para experiencias posteriores.

Hasta el año 1925 no se produce la construcción del Régimen Fascista Italiano como tal. Comienza el ataque a las fuerzas parlamentarias de oposición y también a los propios conservadores que le han permitido gobernar. A partir de esto comienza a implantarse el régimen totalitario con la supresión de las libertades, establecimiento de un partido único fascista, eliminación de la oposición y el estado totalitario. El mantenimiento del régimen produjo una política represiva pero no se podría entender que el fascismo se sostenga sin contar con una serie de medidas integradoras, la represión no pudo serlo todo, por lo que se buscó educar y socializar desde el nacimiento, se movilizó masivamente a la población para buscar el consenso social, proporcionando incluso un ocio gratuito o muy barato envuelto en una parafernalia nacionalista y fascista.

En los años de apogeo del régimen, desarticulada totalmente la oposición, las organizaciones fascistas prosiguieron su penetración capilar en la sociedad. La implantación de las corporaciones hizo pensar que el régimen disponía de medios efectivos para superar la crisis económica y superar el sistema capitalista. Aunque la economía estaba cada vez más controlada por el Estado, este control no funcionaba en detrimento de los industriales.

Alemania: es un caso similar pero llevado al extremo, ya que el proceso de construcción del régimen nazi fue más rápido, radical y completo que el italiano, en primer lugar porque la experiencia por la que había atravesado la sociedad alemana en las dos décadas anteriores habían sido mucho más traumáticas; en segundo lugar porque la fuerza del partido nazi era extraordinaria y le proporcionaba una autonomía y capacidad sobre sus aliados conservadores; en tercer lugar porque sus fundamentos ideológicos fascistas vino multiplicada al radicarse en anteriores tradiciones esencialistas, racistas y antisemitas; porque los nazis subieron al poder teniendo un modelo disponible, el italiano; y finalmente porque el partido nazi y su líder no tuvieron que afrontar los frenos que suponía la existencia de un rey como Jefe del Estado, ni la presencia de un Vaticano en el centro mismo de la nación.

El partido nazi tendrá su origen en el DAP existente desde el año 1919 que ya tenía una ideología nacionalista extrema y que se alimentaba de la frustración por la pérdida de la guerra. Desde sus inicios será un partido anti-socialista, antidemocrático, antisemita, revisionista de los pactos de Versalles y favorable a  la revolución nacional alemana. Su auge llegará a partir de los años 30, la crisis es lo que le facilita un crecimiento social espectacular. En el 1932 se convierte en el partido de derechas más votado, consigue el poder gracias a las negociaciones con los conservadores y con Hindemburg, presidente de la República. A la muerte del Presidente y con el apoyo de los sectores de derechas, Hitler aprovechó y unifico en su persona la cancillería y la presidencia del Reich. Se ilegalizan todos los partidos y sindicatos. El nazismo combinará la represión con una política de atracción de la población con la ayuda de las nuevas tecnologías, difundiendo permanentemente el mensaje político del nazismo. Se pondrá en práctica un programa social de plena ocupación, vacaciones retribuidas, prácticas deportivas… como representación de la modernización de Alemania. Estos programas serán el éxito del nazismo en solucionar los problemas económicos.

El nazismo fue un gran proyecto de exclusión social, todos los que quedaban fuera de la definición de nación quedaban excluidos a un nivel de muerte y deshumanización total. La comunidad nacional agrupada alrededor del movimiento no tiene capacidad de decisión, la discrepancia no se podía tolerar, implica la muerte, la represión y el exilio. Por lo tanto el movimiento obrero será el primer enemigo de los fascismos.

La purificación social, la eugenesia como principio de modernidad consolidarán una serie de principios en la sociedad Europa que el nazismo llevará a cabo. La idea de una humanidad dividida en razas jerárquicas, en donde los arios están por encima de eslavos, latinos y por debajo los negros y asiáticos, para llegar al último escalón donde están los inhumanos judíos, pone en marcha en 1935 las leyes raciales de Nuremberg. Esto suponía que el régimen se encaminaba hacia la consecución de sus objetivos más radicales. Se pone en marcha también, políticas eugenésicas para evitar que los enfermos mentales y discapacitados pudieran procrear. El objetivo más radical era, por supuesto, la guerra. A través de continuados éxitos políticos y territoriales como la anexión de Austria o la región de los Sudetes de Checoslovaquia, el régimen mostró el carácter insaciable e ilimitado del imperialismo fascista.

Una vez iniciado el conflicto mundial y a diferencia del aliado italiano, la maquinaria bélica alemana funcionó a la perfección cosechando victoria tras victoria. Pero ese fue también el marco en el que todas las líneas de evolución del régimen convergerían para llevar a término el mayor proceso devastador de la historia, el que llevaría el exterminio físico, racional y planificado de casi seis millones de judíos, pero también de eslavos, gitanos, homosexuales y discapacitados.

Resultado

A grandes rasgos, cabe distinguir 3 grandes fases analíticas en los dos regímenes fascistas.

La primera de ellas se caracteriza por la materialización de los supuestos más claramente contrarrevolucionarios y autoritarios de la alianza conservadora, esto es, la destrucción del movimiento obrero y de la propia democracia liberal, construyendo los fundamentos de un Estado autoritario, jerárquico, represivo y organizado.

La segunda fase puede considerarse como la de la ofensiva fascista contra sus propios aliados conservadores, supone una aceleración de la persecución de los objetivos puramente fascistas, reforzando el control sobre la sociedad y las conciencias; subordinando todos los elementos de la economía, sociedad, y cultura a los objetivos de conseguir la creación de una comunidad nacional integrada y movilizada en el interior; y la expansión y la guerra en el exterior.

La tercera y definitiva fase es la guerra. La guerra es la única desembocadura posible del ultranacionalismo, es el único escenario posible para la materialización de una comunidad nacional unida, cohesionada y movilizada en la que las diferencias de clases, regionales, o de estatus quedarían definitivamente limitadas. La guerra era la materialización misma de la utopía fascista. Pero, por eso mismo, era el momento en que las contradicciones más que resolverse se agudizaban, en que la utopía mostraba su inviabilidad y la experiencia fascista terminaba en un proceso general terroríficamente destructivo y, a la vez, autodestructivo.