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Hibridismo Cultural. Burke

(Peter Burke, 2010, Hibridismo Cultural ) «El análisis de nuestra cultural pasada, presente y futura que más me convence es el que predice el advenimiento de un orden nuevo, la formación de nuevos oicotipos, la cristalización de formas novedosas, la reconfiguración de las culturas: la creolitización del mundo»

La obra de Peter Burke, Hibridismo cultural: Reflexiones sobre teoría e historia, se enmarca en la larga trayectoria de uno de los mejores historiadores de las últimas décadas y que plantea, en forma de ensayo, la necesidad de conectar varias tradiciones disciplinares para articular una historia global de la cultura y de la sociedad. Tal como recoge en palabras del propio Burke la historiadora María José del Río Barredo, en el estudio preliminar de 2010 a la obra de dicho autor, «esperemos que una aproximación más global a la historia y a la teoría social se hará más común en un futuro no muy lejano, no solo estudiando el proceso de hibridación cultural, sino también ejemplificándolo», el autor se plantea analiza las mezclas adquiridas por contacto o de forma totalmente inconsciente ampliando el campo geográfico de análisis de la historia en un intento por abarcar de manera total y coherente la cultura europea «en tanto que conjunto de conexiones entre diferentes dimensiones culturales así como las nuevas realidades que emergen de las fusiones, sincretismos y traducción de visiones de mundo distintas». Del Río Barredo revisa, a partir de las influencias que Burke toma de Annales, los textos que produce el historiador en su vida hasta llegar al giro metodológico e investigativo en el que se orienta a los encuentros culturales, a la consideración visual de la cultura como bricolaje y que darán como fruto este ensayo.

Entendemos, por tanto, que se trata de una obra dentro de la tendencia historiográfica de la Historia Global. «El término historia global no sólo es intrigante, sino también arrogante. Intrigante porque captura una parte importante de aquello que ocurre en el mundo en torno a nosotros, y es arrogante porque suena tan rimbombante y parece violar el consejo de que lo pequeño es bello y que el trabajo histórico inicial debe ser estrecho focalizado y basado en una investigación original». Detrás del interés que ha despertado la historia global se encuentran numerosos factores. Algunos obedecen a transformaciones que han experimentado las sociedades contemporáneas, y otros a desarrollos que ha sufrido el conjunto de las ciencias sociales. El interés por la historia global constituye un retorno a las grandes síntesis, pero a diferencia de las viejas historias universales procuran trascender el eurocentrismo abarcando grandes unidades espaciales, tal como vemos en la obra de Burke.

Burke utiliza los diversos valores, percepciones, mentalidades, actitudes características de las culturas más relevantes del planeta (ya que la extensión geográfica de la obra abarcaría su práctica totalidad y, además, en diferentes periodos históricos), llegando incluso a analizar las tesis existentes sobre la realidad actual, para hacernos ver la complejidad y la cantidad de elementos que entran en juego en aquello que denominamos Hibridismo Cultural. El ensayo de Burke está estructurado en 5 grandes partes en las que intenta responder a cuestiones concretas:

1) DIVERSIDAD DE OBJETOS: En este primer apartado Burke nos habla de artefactos, textos, prácticas e incluso de pueblos híbridos, desplegando ejemplos de hibridación de aspectos culturales en campos como la arquitectura, la literatura, las religiones, etc. que nos muestran como en el transcurrir de los años esta mezcla entre culturas se ha venido realizando casi sin percibirla. En algunos casos, como indica el autor, esta mezcla ha sido impuesta a la fuerza, pero en otros se han asimilado conceptos, ritos, palabras o monumentos de forma totalmente involuntaria.

2) DIVERSIDAD TERMINOLÓGICA: En la segunda sección de este ensayo Burke nos expone, nuevamente con numerosos ejemplos de ello, términos que intentan explicar este proceso de Hibridación Cultural tales como: imitación, apropiación, acomodación, mezcla, sincretismo, creolización o criollización, etc. El autor es consciente, y así lo expone, de que el lenguaje es la expresión de múltiples conexiones culturales propiamente y que hay que ser conscientes de la acción humana en esta hibridación y por ello tener en consideración todas las formas que los seres humanos utilizamos para referirnos a este proceso.

3) DIVERSIDAD DE SITUACIONES: Este apartado estudia los contextos y situaciones en los que estos encuentros o mezclas culturales han tenido lugar, y las diversas formas en que esta hibridación se da. Por ejemplo, puede darse en encuentros culturales entre sujetos que tienen el mismo poder y entre sujetos que están supeditados a los otros; otros casos en los que hay culturas con tradiciones más fuertemente arraigadas que otras en las que son más débiles; otro encuentro entre pueblos distintos que juegan el rol de metrópoli o de frontera entre culturas; y un último ejemplo en el que las clases sociales juegan un papel cultural tal que llegan a diferenciarse del resto de clases.

4) DIVERSIDAD DE REACCIONES: En la cuarta sección de la obra el autor se interroga sobre las consecuencias que tiene, y/o han tenido, estos los intercambios culturales. En esta instancia el historiador diseña cuatro tipos de estrategias o escenarios posibles como la Moda de lo Extranjero, la Resistencia, la Purificación Cultural y la Segregación cultural. Todas estas estrategias son eruditamente documentadas por Burke poniendo siempre el énfasis en los procesos de adaptación que estas mismas implican. Respecto a las reacciones Burke nos habla de aceptación, rechazo, segregación y adaptación ejemplificando cada una de ellas nuevamente con gran erudición.

5) DIVERSIDAD DE RESULTADOS: en este último apartado Burke hace una reflexión final en la que nos expone su preocupación por el encuentro de las culturas en el contexto actual de un mundo totalmente globalizado y nos habla de las consecuencias a largo plazo de esta interacción cultural que no deja de sucederse. El autor nos expone cuatro tesis o escenarios finales en que derivarían las culturas del planeta: Homogenización Cultural, Antiglobalización, Disglosia Cultural y Creolización del Mundo. Finalmente Burke nos advierte que nosotros mismos estamos siendo testigos del surgimiento de un nuevo tipo de orden cultural.

Teniendo en cuenta que cuando Burke escribe el libro en 2010 se trata de un momento en el que el post-colonialismo y el hibridismo cultural aparecen como temas formales de estudio no es de extrañar que un historiador cultural como él se interese en este tema de estudio. Para ello se basa en numerosa bibliografía de teóricos culturales (tanto historiadores como antropólogos) de muy diversas nacionalidades, y también en muchos de sus propios libros, ya que él mismo es un referente claro en el tema. El ensayo está plagado de ejemplos muy explícitos que ilustran los conceptos que Burke nos va dando y que hacen muy ameno y entendible el tema, que por otro lado es bastante complejo y extendido. Al estar estructurado el libro en planteamientos diversos que conducen hasta llegar a una posible conclusión o escenario final, el libro resulta un viaje interesante sobre las culturas, las mezclas entre ellas y las evoluciones de las mismas. La cultura, entendida en su sentido amplio, engloba todo aquello que caracteriza a las personas: lenguaje, tradiciones, arquitectura, decoración, alimentación, vestimenta, religión, música, celebraciones, y un largo etc., y son todas estas características las que Burke enumera y ejemplifica para hacernos ver lo complejo que resulta hablar de una cultura concreta en la que hay que tener siempre en cuenta todos estos procesos de encuentros que se dan a lo largo de la historia.

Posiblemente no haya nadie mejor que Burke para tratar este tema quien desde su nacimiento en 1937 en el seno de una familia de recientes inmigrantes, ha vivido esta mezcla cultural en sus propias carnes. Su padre fue un católico irlandés y su madre una judía de origen lituano/polaco, además del bagaje histórico-cultural que el propio Burke ha cosechado en sus años de aprendizaje y que lo han convertido en todo un referente en historia cultural. El libro, indudablemente, nos hace pensar. Y aunque no tengamos la capacidad de Burke para analizar los procesos de intercambio cultural, nos los describe tan explícitamente que es imposible no hacerse una idea. Cuando Burke nos habla de la actualidad y la “americanización” de la cultura o del “efecto Coca-Cola” es imposible no sentir en nuestra propia carne esa homogeneización cultural de la que nos habla. Y es por eso que el libro nos hace pensar, reflexionar sobre nosotros mismos y “nuestra cultura”, aquellas cosas que creemos tan nuestras y que en verdad son fruto de mezclas que nuestros antepasados vivieron, quizás con el mismo rechazo con que hoy día algunos viven la adopción de fiestas típicas americanas, por ejemplo.

Un rayo, muchas indulgencias y la Reforma de Lutero

lutero Eisleben. Haz clic en la imagen para ampliarla.

En el año 1505 Martín Lutero contaba con 21 años. Era hijo de una acomodada familia de Eisleben y sus estudios de Derecho en la Universidad de Erfurt le auguraban una prometedora carrera. Pero un día de ese año una terrible tormenta le sorprendió mientras regresaba de casa de sus padres, cayendo un rayo a muy pocos metros de donde se encontraba. Angustiado y lleno de temor hizo una promesa a santa Ana: si le permitía salir con vida se haría monje agustino ingresando en el monasterio de Érfurt. Dicho y hecho, cumplió su promesa ese mismo año. Ya en el monasterio negro de los agustinos destacó por su brillantez y recta observancia de las reglas, cumpliendo con rigor todos los ayunos, las abstinencias y los ejercicios espirituales. 

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Melzi, el alumno estimado de Leonardo

Mona Lisa de Leonardo da Vinci y la primera copia de la Mona Lisa, que se ​​encuentra en el Museo del Prado (copiado tal vez por su alumno). Haz clic en la imagen para ampliarla.

Existen multitud de copias de La Gioconda (La Mona Lisa) de Leonardo da Vinci repartidos por todo el mundo y en el Museo del Prado guardan una versión considerada tardía,  una más de tantas y tantas otras, hasta que hace tres años, a raíz de una restauración se comprobó que había sido pintada en vida de Leonardo por un pintor de su taller, quizás Francesco Melzi.

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